Muchas veces nos quejamos de que la vida es demasiado injusta en muchos sentidos y nos preguntamos el porqué de todo eso que ocurre, ya sea provocado o espontaneo, lo que siempre nos va a tomar por sorpresa es la muerte, mas si es la de un ser querido, alguien cercano y querido no solo por uno, si no por muchos, cuando esa muerte pesa en muchos corazones y cuando es tan duro tratamos de culpar a alguien, preguntándonos una y mil veces ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué? cuando realmente la muerte por más dura y triste que sea es parte del proceso de este mundo, nacer, crecer y morir es la línea que seguimos y ya sea viejos, con todas experiencias vividas, a ver experimentado esa vida "plena" o muy jóvenes, con tantos sueños por delante, con esas ganas de vivir y "comerse" el mundo pensando que todo lo podemos y no necesitamos de nadie y mucho menos los consejos.
La vida innumerables veces es muy difícil o simplemente nosotros la complicamos, hay que vivir el día como si fuera uno de los últimos, sin pensar en el futuro pero manteniendo esos sueños que nos esperanzan para continuar, para luchar por nuestras convicciones e ideales, salir a disfrutar esos pedazos de maravillas que se nos presentan en cada momento de nuestra existencia, reír no solo de lo bueno sino también de lo malo, mostrar una cara de optimismo y seguridad ante cualquier situación, dar gracias a Dios no solo de las dichas que nos regala sino también de los problemas que nos hacen crecer como persona y al final nos dejan una enorme enseñanza.
Vive! Disfruta! Ama! HOY, mañana... Tal vez!
-Mon
